viernes, 23 de abril de 2010

final de mi relato


En mi Pueblo, hay pocos vecinos viviendo; entre ellos uno de mis Hermanos, la vida no solo te da alegrías y buenos recuerdos, te da también sinsabores que a veces no puedes cambiar. Pero a pesar de eso a mí me gusta ir a él. Cierto (eso que dicen pobre del pájaro que nace en mala tierra) pero a la vez me da tristeza contemplar tantas casas cerradas, ver la Escuela convertida en un matorral. A veces como humanos se cometen errores, y uno en mi humilde opinión, fue dejar quitar el tejado a la Escuela para el arreglo de la Iglesia Parroquial, cuando creo que se tenía que haber luchado por retejarla pues esta tenía una buena y bonita estructura. Con un poco más de esfuerzo o haciendo las obras en veces, se podían conservar los dos Edificios. Los dos son un legado de nuestros Antepasados. Y la escuela fue donde ellos recibieron su educación, valores y cultura, al menos se podía haber limpiado y haber puesto un símbolo con una placa, para recordar donde aprendimos nuestras primeras vocales. Pues con el paso de los años, te das cuenta que el día que obtuviste el Certificado de Estudios Primarios que nos daban en aquella época, se había acabado la etapa más feliz de la vida: La Niñez.
Hoy yo doy las gracias a todas esas Personas que me aportaron todo lo que ellos sabían, y que siendo niña me trataron como tal, y me dieron cariño. En especial a mi Madre: resignada a la vida que le tocó y sin lamentarse demasiado de sus limitaciones. Dios quiera que la pueda seguir atendiendo como toda madre se merece, y a mi Padre ya fallecido, que con sus errores, vivió dignamente y así afrontó su enfermedad. Siempre irán conmigo en mi corazón.
Por último doy las gracias a Tania por su ayuda y animarnos hacer el Blog pues aunque cuando nos lo comentó yo no sabía por dónde empezar. Hoy estoy muy contenta de volver a recordar lo que tienes aletargado en tu memoria y con el paso del tiempo aflora, quizás resulte largo y pesado pero lo cierto es que yo me siento contenta como estoy, de poder compartir el curso con mis compañeros y vecinas.
Un fuerte Abrazo…….

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miércoles, 21 de abril de 2010

recuerdo hacia mis vecinos


Yo guardo un buen recuerdo de todos mis vecinos, sobre todo de aquellos que eran mayores siendo yo una cría, del barrio De la Cebellín, el Campu, la Plazuela, el Charcón (donde yo nací), el Carbayal, y LLuexe. Como a Inés o Lola que jugábamos en el Portal de su casa. Lola tenía una mecedora y alguna vez me dejo sentarme en ella. Me decía: “ya va romper ya ye vieya”. Pura vivía con su padre, un señorín muy educado. Pura adoraba a los niños y también visitaba a los enfermos siempre que su salud se lo permitía. Pepe, que vivía con dos de sus cuatro hijos, uno de ellos Sacerdote: Don José (José Manuel) como le gustaba le llamasen los del Pueblo. A mí me regalo un Misal muy bonito. Aún lo conservo. Yo ese día me sentí la Guaja (niña) más feliz. A Luis, primo de mi Padre y Cartero de la Parroquia, siempre dispuesto a salir en su moto en busca del Médico, medicinas, etc, etc para quienes lo necesitasen. A Margarita, a Victoriano un paisanín que pasaba con les vaques al prau de Millares y nos decía: “ñeñinos, vosotros que corréis bien tórnameles (guiar) que vayan pa la Calella y no me escapen pa el Pueblu”. Nombrarlos a todos sería muy largo no por eso desprecio a ninguno.
De quien no debo olvidarme es de mi otra abuela Josefa que se quedo viuda cuando yo tenía un año. Ella atendía la casa y cuidaba a su Padre mayor. Nos trasmitió valores que a mí me gustaría saber traspasar a los míos. Difícil, pues ahora a veces cambiamos el ser por el tener. Muchas veces mis Padres estaban trabajando en el campo y ella nos daba la comida a medio día, y si no nos gustaba tenía una frase: ¨repuño, cuando vengáis a merendar tenéislo en el fornu¨. Y era cierto: mientras no lo comiésemos no nos daba otra cosa. Casi todas las semanas una o dos veces compartíamos la comida con algún pobre hombre que venía pidiendo. Ella les sacaba un plato de cocido y una taza de leche al banco del portal, y nos decía: “hay que da-yos de comer porque tienen fame. Dar lo que nos sobra no tien ningún méritu.” Cada 15 días si llovía nos mandaba con las madreñas y unas zapatillas al encuentro de mi tío Arsenio, que venía de Gijón en el autocar de Camél. Nosotros íbamos en su busca encantados pues él siempre nos traía caramelos, pues estos entonces, sí que se apreciaban. Los dos fallecieron con solo tres semanas de diferencia. Yo tenía entonces catorce años.

lunes, 19 de abril de 2010

La llegada del Teleclub

Sobre el año 65 o 66 se pusieron de moda los teleclubs. Los que tienen mi edad se acordarán. Se solicitaban en los Ayuntamientos y mandaban una televisión a las Parroquias.
Para ello había que hacer lo que hoy se llama una asociación. En mi Parroquia lo pusieron en el Casino de Sietes, un edificio costeado por los vecinos que habían emigrado a Cuba en época de mi Abuela, entre ellos un Hermano de ésta. En este mismo edificio, hoy están instalados los los ordenadores Windows 7. Después concedieron otro para Piedrafita; éste se instaló en un aula de la escuela , pues ya estaban cerradas. Compramos un tocadiscos y se hacían bailes los Domingos o Festivos cada 15 días, una vez en cada Teleclub. Una tarde se acercó mi amiga y vecina Ana y les dice a mis Padres que ella tiene que ir a Oviedo; que si yo la acompaño podemos solicitar el permiso para poder hacer los bailes. Me parece estar oyendo a mi Padre decir: “ir ir proviquines; si contáis bailar con el permiso que os den mañana vais tenelo bueno de bailar”. El Padre de Ana nos advierte igual. Fuimos pa Oviedo al Gobierno Civil y entramos. Yo era la primera vez que había visto una puerta que giraba. Llevábamos unos papeles acreditando que el Teleclub existía y nos mandaron de una oficina pa otra. Nos hicieron un montón de preguntas y nos dicen que volvamos a las 12 pues en aquel momento no está el encargado de esta gestión. Volvimos a la hora marcada y nos volvieron a preguntar. Nos advirtieron que no hubiese peleas, que nos pusiésemos de acuerdo con la Guardia Civil y que antes de las 12 el local tenía que estar cerrado. Las dos contestamos a dúo: “ si claro, si allí a las 11 estamos todos en casa”. Total que nos dieron el permiso y cuando volvimos a casa no nos creían.
Lo cierto es que unas veces con tocadiscos otras con acordeón lo pasábamos muy bien. En unos de estos bailes, fue donde yo conozco a mi marido.

mis padres (rosa)

Bueno voy a contaros algo de mi niñez: como dije, naci en COLUNGA; mis padres José y Carmen también tengo un hermanu que se llama Ángel. Mis padres fueron muy especiales, pues al casarse algo mayores y tenernos, siempre nos tuvieron y nos criaron con mucho cariño. Por desgracia ya no los tengo, pero en el corazón siempre están conmigo.
Cuando yo tenía diecinueve años y dije en casa que tenia noviu y que era de OVIEDO quedose mi padre mirando pa mi y díjome: “nena, los de Oviedo tambor y gaita”. Pero bueno con él me casé y él llegó a querélu como a un hijo. Con él marché pa Oviedo y tuve un hijo que allí crié hasta los doce años. Después volví para Colunga y, ahora, aquí estoy, contando todo esto. Bueno, ¡hasta otro día!

viernes, 16 de abril de 2010

Recuerdos de mi niñez V

Mis vecinos más cercanos fueron los nombrados de la tienda y Manolo, sus dos hermanas y su cuñado. Los recuerdo con cariño, como Alberto y Leonor, mujer muy trabajadora y sufrida, pues Manolo también tenía Bar y se compró la Tele y un tocadiscos con sus altavoces. Los Domingos a la tarde los mozos y mozas de allí y alrededores hacían un buen baile. Recuerdo estar de moda Alberto Cortez con las Palmeras y el vaivén del Sucu Sucu y Madrecita María del Carmen de Manolo Escobar. Antes del baile los Mozos jugaban con otros de otras Parroquias , al futbol en los campos de Lluexe (Lueje) donde todavía hoy se puede jugar pues hay un Área Recreativa donde se puede disfrutar de unas vistas muy hermosas. También jugaban a los bolos, pues había una Bolera en cada Bar, y los críos al igual que yo, estábamos un poco en cada sitio como dirían les mis Güeles: “avernunciandolo tou” (mirando), mientras chupábamos un Chupa Chup, o un chicle Bazoka, ¨siempre en la boca¨ así era el anuncio. Eso si, en casa, nos habían dado la peseta para comprar si no, solo nos tocaba mirar.
En la Parroquia se celebraban cuatro Fiestas. Para mí la más importante era la de Piedrafita Santa Lucia, o fiesta de la Vara porque se ponía una cucaña con un premio en metálico para el valiente que subiese hasta arriba. Santa Lucia es la Patrona de la vista, y se sigue haciendo en su Honor una misa el segundo domingo de agosto en la capilla que se restauró hace pocos años. Como tradición los hombres del Pueblo ponen el Día antes una cucaña, que como no es para subirla, tiene mucho menos altura que la de aquellos años.

Otra Fiesta importante para mí -y aun sigue siendo- son los Mártires de Rales. Aquí vivían mis Abuelos Paternos, Josefa y Felipe que sufrieron la perdida de tres de sus seis hijos. Éstos en plena juventud y para poder sufragar los gastos y curar a los otros, nos contaba mi Padre, que mi Güela venía con un burro a Lastres a vender cerezas, manzanas, etc. Y mi Güelu que se dedicaba a la carpintería , salía de casa caminando al amanecer para poder traer el jornal . En aquella época la Penicilina la conseguían por mediación de unos familiares que vivían en Oviedo y se la mandaban de Barcelona. Yo a Rales le tengo un cariño especial, puesto que de allí vienen parte de mis raíces; me gusta hablar con los vecinos de allí e ir a la Fiesta, pues sigue siendo una hermosa Romería.

miércoles, 14 de abril de 2010

Recuerdos de mi niñez IV

Cuando yo tendría unos 10 años, vi por primera vez la televisión. Fue en Sietes en la casa de de Doña Julia; ésta tenía una casa muy bonita, tipo Palacete. Por la escuela nos enteramos que la Señora nos dejaba entrar los domingos, y uno de estos, nos acercamos. Al llegar nos dicen que no podemos entrar: había allí un señorín llamado Manolo Roque que hacia un poco de acomodador y nos dijo: “voy Yo preguntailo a Doña Julia”. Ésta salió: “pueden entrar todos pues todos son de la Parroquia y pueden venir siempre que les dejen sus Padres; sólo hay que estar formales”. Y si estábamos, yo diría sorprendidos, de ver aquellas marionetas. Recuerdo su nombre: la perrita Marilín. Al poco tiempo, en Piedrafita vivían cuatro hermanos -que tengo que decir que eran buenas personas y mejores vecinos- tenían una tienda donde se compraba desde gaseosa y comestibles, hasta tela para hacer sábanas. También compraron una televisión y allí nos sentíamos todos como pez en el agua. Por aquel tiempo recuerdo que mi padre salía muy temprano con los vecinos del Pueblo y con los de San Martin de Vallés, pues iban caminando hasta Fano, de la Parroquia de Libardón, para cavar la zanja para traer el agua a los dos pueblos. Fueron unos valientes trabajadores. En ese tiempo se hizo la carretera que unió la que baja a Villaviciosa con la que baja al el Puente Agüera.

miércoles, 7 de abril de 2010

Recuerdos de mi niñez III

Mientras estuvo dicha maestra durante el curso rifaba dos abrigos. A mí me toco uno color rosa fucsia; cuando dije que me lo iba a hacer mi abuela, puesto que sabia coser, algunas niñas se rieron de mi. Cosas de niños que recuerdas, pero no con rencor ni mucho menos. También nos mandaron unos sacos con leche en polvo y las mayores a la hora del recreo teníamos que ir a la fuente de Rigonzalo por el agua para prepararlo. Si esto nos daba rabia mas todavía tomarlo, pues leche todos teníamos gracias a Dios. Por ese tiempo recuerdo un Martes de carnaval a la hora de la comida a mi Madre haciendo fayueles y a Sidorito un vecino de la Parroquia instalando un radio que mis Padres le habían comprado. El Sábado antes de carnaval celebrábamos una fiesta que se traía de tradición: se llamaba, la Fiesta de Escorrer el Gallu; éste lo comprábamos entre todos y ese día entrábamos en clase, se rezaba como todos los días, se rifaba el gallu y salíamos a jugar al prau de la campa. Éste nos lo prestaba muy gustosa Soledad Lueje.

Los críos hacían igual, comíamos todos juntos y sobre las cinco regresábamos a casa. Los miércoles a medio día encontrábamos la pareja de la Guardia Civil que venía caminando de Libardón a Vallés, los saludábamos y casi siempre nos decían algo. Yo nunca les tuve miedo pero si me llamaba la atención las capas y las gorras porque brillaban tanto. Mi última Maestra fue Isabel; tenía una sobrina, María Teresa. Fuimos muy amigas, se marcho a su Pueblo al casarse su tía y nos escribimos un tiempo. Yo con Isabel aprendí mucho era muy buena Maestra. Estuvo varios años en Piedrafita y allí nació Rosa su primera hija. Hace unos años me dijeron que había fallecido muy joven.

martes, 6 de abril de 2010

Recuerdos de mi niñez II


Mari Flor mi segunda Maestra a la hora de la comida me daba una carta para que se la echase en el buzón. la carta era para su novio; aun recuerdo el nombre. A la Sta. Mari FLOR me hubiese gustado volverla a ver. Me enseñó mis primeras vainicas, el punto de cruz, y me preparó para hacer mi primera comunión, junto con Don Pedro Castaño que era el párroco de las Parroquias de San Martin de Vallés y Sietes. Al pasar llamaba a otra niña y a mí para que fuésemos y viniésemos con él. Don Pedro tenía una Prima se llamaba Oliva; era muy bajita. Un día cuando pasaban de regreso hacia la Rectoral de Vallés, mi hermano menor que aún hablaba mal me dice: “¡tono Maruta mira que Nuneruta tan pequenuta!”- yo le tapo la boca contestando: "calla tontu calla que ye la muyer del Cura".

Ellos nos oyeron, y cuando pasó Don Pedro el próximo día me llamo: “María María ¿así que el Cura tien muyer?” - Mi abuela que siempre estaba por casa se disculpó. El se reía a carcajada, por lo visto a mí ya entonces me gustaba que se casasen. Las catequistas que más recuerdo son Nieves, María Jesús y Flori. Recuerdo con cariño a Casimira prima de mi abuela que me llevo a su casa el día de mi primera comunión y me dio chocolate con bizcochos.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Recuerdos de mi niñez

Hoy gracias al telecentro y a Tania que amablemente nos bridan esta oportunidad voy a relatar algunos recuerdos de mi niñez, a los cinco años empecé ir a la escuela esta estaba a la entrada del pueblo había dos aulas una de niños y otra de niñas como decimos allí , (pa ñeños y ñeñes) no recuerdo haber tenido peleas de importancia entre unos y otros, salvo alguna trastada de algún revoltosu, una vez nos llenaron el tubo de la estufa de pación.

Cuando encendió la Maestra al próximo día casi nos ahogamos con el humo o cuando jugábamos al cascayu nos borraban los cuadros que marcábamos en la cera con un poco de tiza que nos daba la Maestra o con un trocín de teja se jugaba a tres marinos a la mar al escondite a la palilla o a la comba etc., no había maquinitas ni esto moderno de ahora pero estábamos alegres yo al menos así lo recuerdo. María Esther fue mi primera Maestra estuvo allí varios años a mí solo me toco mi primer curso a mi primer día de clase fui con Berta y Ana María tenían 6 o 7 años más , las vocales las aprendí hacer en una pizarra negra ,los de mi época la conocieron, ye n casa te advertían que no la rompieses, recuerdo más adelante la alegría cuando mi Madre me trajo una de la villa que no rompía, las vocales yo las hacía muy grandes otra niña mayor que yo se rio de mi más adelante estábamos en el mismo grupo (cuestión de amor propio).
Continuará... (Maruja)

lunes, 1 de marzo de 2010

Presentación del grupo

Hola, me llamo Maribel tengo 56 años, naci en Carrandi una pequeña aldea perteneciente al concejo de Colunga (Asturias).
Estoy haciendo un cursillo con cuatro compañeros que se llama Proyecto Edad y me gusta bastante esto de las nuevas tecnologías pues hasta el verano de 2009 no me había sentado nunca frente a un ordenador.
Llevo 32 años viviendo en Colunga tengo seis hermanos pero mis padres ya murieron.
Estoy casada tengo dos hijas y una nieta. Como ya dije en la presentación vivo en Colunga pero no quiero dejar de ir a Carrandi, pues aunque no vivan mis padres tengo un hermano viviendo allí.

Me llamo Maruja tengo 58 años. Yo nací en Piedrafita un pueblín de la parroquia de SIETES concejo de Villaviciosa. Yo soy la mayor de tres hermanos.
Hace 31 años vine a vivir a Colunga con mi marido y mi hijo que tenía entonces 4 años. Tengo que decir que siempre me encontré muy bien, sin olvidar mis raíces. Como tan solo estoy a 13 kilómetros, voy a mi pueblo con frecuencia.
Como no quiero que mi nieto que tiene tres añinos tenga una güela muy ignorante, me animé a venir al telecentro para poder mandarle algún mensaje.

Me llamo María Rosa Gancedo Covián.
Soy de Colunga naci un 27 de septiembre del 43 según mi madre había una llena (riada) grandísima pues entro en casa y hasta tuvieron que sacar les vaques de la cuadra y subirlas a una finca que estaba detrás de casa. Soy una persona que estoy poco quieta me gusta cocinar y entre las muchas cosas de las que hago también voy a ordenador pues es una cosa que me gusta es muy entretenido y por lo menos te pones al día en muchas cosas