miércoles, 14 de abril de 2010

Recuerdos de mi niñez IV

Cuando yo tendría unos 10 años, vi por primera vez la televisión. Fue en Sietes en la casa de de Doña Julia; ésta tenía una casa muy bonita, tipo Palacete. Por la escuela nos enteramos que la Señora nos dejaba entrar los domingos, y uno de estos, nos acercamos. Al llegar nos dicen que no podemos entrar: había allí un señorín llamado Manolo Roque que hacia un poco de acomodador y nos dijo: “voy Yo preguntailo a Doña Julia”. Ésta salió: “pueden entrar todos pues todos son de la Parroquia y pueden venir siempre que les dejen sus Padres; sólo hay que estar formales”. Y si estábamos, yo diría sorprendidos, de ver aquellas marionetas. Recuerdo su nombre: la perrita Marilín. Al poco tiempo, en Piedrafita vivían cuatro hermanos -que tengo que decir que eran buenas personas y mejores vecinos- tenían una tienda donde se compraba desde gaseosa y comestibles, hasta tela para hacer sábanas. También compraron una televisión y allí nos sentíamos todos como pez en el agua. Por aquel tiempo recuerdo que mi padre salía muy temprano con los vecinos del Pueblo y con los de San Martin de Vallés, pues iban caminando hasta Fano, de la Parroquia de Libardón, para cavar la zanja para traer el agua a los dos pueblos. Fueron unos valientes trabajadores. En ese tiempo se hizo la carretera que unió la que baja a Villaviciosa con la que baja al el Puente Agüera.

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